jueves, 17 de octubre de 2013

autor: HERIVERTO MARTINEZ VELILLA

Anciano ego

En toda esta estadía perfectos pies no me han de dejar
Convierten el caminar en un viaje eterno, alterado por lo
Que me ha de pesar.
Si tu argumento fuera el opuesto, que el tener 20 fuera ser
Viejo y tus 60 lo más adolescente que pudiéramos encontrar.
Vería como lo que es nuevo estará a punto de acabar, en un
Lento cáncer o en el último suspiro invernal.
Me volvería el joven más terco y olvidadizo que podrías encontrar
Caminaría con muletas y no por haberme dejado atropellar, si no
Porque mis huesos oxidados ya no me logran sostener.
Pasearía, pero en silla de ruedas como si fuera mi último modelo
El cual muero por estrenar.
Sin duda me odiarías por correr a gran velocidad, por acelerar
A todo lo que pueda dar hasta llegarme a descontrolar.
Si fuera ese joven anciano te habría de cuidar como el
Tesoro más preciado que mis manos le supieron otorgar.
Compartiría como viejos, dos viejos al revés de nuestra vida
Recuperando el tiempo olvidado, las miradas perdidas, las fiestas
Ausentes, las heridas nos sanadas que aún conservo como cicatrices
En mí arrugada cara.
Sin desmerecer seremos viejos por lentos y jóvenes por incomprendidos
Pero nada más fuerte que el lograr ser amigos, ancianos y amigos.

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